¿Qué dice la Nueva Era sobre Dios?



La Nueva Era muestra una notable preferencia por las religiones orientales o precristianas, a las que se considera incontaminadas por las distorsiones judeocristianas.


De aquí el gran respeto que merecen los antiguos ritos agrícolas y los cultos de fertilidad. « Gaia », la Madre Tierra, se presenta como alternativa a Dios Padre, cuya imagen se ve vinculada a una concepción patriarcal del dominio masculino sobre la mujer. Se habla de Dios, pero no se trata de un Dios personal. El Dios del que habla la Nueva Era no es ni personal ni trascendente. Tampoco es el Creador que sostiene el universo, sino una « energía impersonal », inmanente al mundo, con el cual forma una « unidad cósmica »: « Todo es uno ».

Esta unidad es monista, panteísta o, más exactamente, panenteísta. Dios es el « principio vital », « el espíritu o alma del mundo », la suma total de la conciencia que existe en el mundo. En cierto sentido, todo es Dios. Su presencia es clarísima en los aspectos espirituales de la realidad, de modo que cada menteespíritu es, en cierto sentido, Dios.

La « energía divina », cuando es recibida conscientemente por los seres humanos, suele describirse como « energía crística ». También se habla de Cristo, pero con ello no se alude a Jesús de Nazaret. « Cristo » es un título aplicado a alguien que ha llegado a un estado de conciencia donde el individuo se percibe como divino y puede, por tanto, pretender ser « Maestro universal ». Jesús de Nazaret no fue el Cristo, sino sencillamente una de las muchas figuras históricas en las que se reveló esa naturaleza « crística », al igual que Buda y otros. Cada realización histórica del Cristo muestra claramente que todos los seres humanos son celestes y divinos y los conduce hacia esa realización.

El nivel más íntimo y personal (« psíquico ») en el que los seres humanos « oyen » esta « energía cósmica divina » se llama también « Espíritu Santo ».

"Jesucristo, portador del Agua Viva"

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